martes, 26 de julio de 2011

 Un día de repente se acabó la magia. Exactamente no se qué pasó. De estar todos los días recibiendo noticias tuyas, a pensar que estabas hasta desaparecido. Que después de tanto tiempo hablando día tras día, tenga que enterarme de noticias tuyas por terceras personas.

Unos dicen que ha sido por que estabas agobiado y otros porque yo te agobiaba. Después de meses y meses, vuelves diciendo que te vas a explicar, cuando ya el daño está hecho; pretendes que me crea todo lo que escupes por tu boca que solo son mentiras. Yo no te agobiaba.

Si me pediste perdón y te perdone, ¿Por qué cuando te veo ni me saludas, ni me miras, o por lo menos me intentas explicar las cosas a la cara y no refugiándote en esos mensajes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores